El 28 de junio se cumplieron 5 años de la declaración de la Serra de Tramuntana como Patrimonio Mundial de la Humanidad por parte de la Unesco en la categoría de Paisaje Cultural. En estos 5 años pocos han sido los avances que se han visto en materia de gestión medioambiental por parte de las instituciones competentes y, no solo eso, sino que la Serra se ha convertido en un reclamo turístico de primer nivel para los miles de visitantes que llegan anualmente a Mallorca, sin conocer de antemano la presión a la cual puede estar sometida. En este sentido, varias plataformas ciudadanas y organizaciones sin ánimo de lucro y otras entidades llevan tiempo pidiendo una mayor implicación a las instituciones así como un compromiso real en la regulación de la situación.
Según la Unesco, la propuesta de la Serra de Tramuntana como patrimonio de la Humanidad a la categoría de Paisaje Cultural es un ejemplo excepcional de paisaje agrícola mediterráneo por la combinación de los sistemas hidráulicos de origen islámico con sistemas de cultivo de olivo. La declaración hace especial énfasis a la relación entre el hombre y la naturaleza, la transformación del medio natural original para aprovechar los recursos naturales de la manera más inteligente posible con los medios y los conocimientos de cada época histórica.